Farida Shaheed
AUTORA DEL TEXTO: SEPIDEH LABANI
SEPIDEH LABANI
Socióloga y activista de los derechos de las mujeres en Pakistán. Es supervisora del programa Mujeres, Derecho y Estatus en Shirkat Gah, un centro de recursos para mujeres en Lahore (Pakistán), donde intenta combinar la investigación con el desarrollo social y la militancia. Es miembro fundadora de la organización de lobby nacional de mujeres “Women Action Forum” y miembro del Women Living Under Muslim Laws – WLUML (Mujeres que Viven Bajo Leyes Musulmanas), una red internacional de solidaridad. Farida Shaheed es también miembro del Consejo Consultivo del Fondo Global de las Mujeres. Forma parte de la lista de las 1000 mujeres candidatas para el premio Nobel de la Paz 2005.
Farida Shaheed ha sido una de las primeras personas en Pakistán en promover la necesidad de que se reserve un 33% de escaños a las mujeres en las elecciones directas. Esta medida, que se ha llevado a cabo en los distritos y en distintos ámbitos, nos recuerda las acciones positivas o cuotas que son objeto de debate en la actualidad en muchos países occidentales. Esto tiene importantes implicaciones para Pakistán, una república islámica, donde hasta hace muy poco existían leyes que permitían la lapidación de las mujeres adúlteras, los castigos corporales, que restringían su libertad de movimientos y promovieron la consideración de que la vida de la mujer vale la mitad de la de un hombre.
Para Farida, uno de los recuerdos más hermosos de su vida profesional fue cuando organizaron una sesión de sensibilización sobre los derechos de las mujeres que estaba dirigida a hombres paquistaníes, en una provincia muy conservadora del noreste. Después de la sesión, los hombres pidieron inmediatamente a Farida y sus colaboradoras del Shirkat Gah, un colectivo que promueve el empoderamiento de las mujeres, que organizasen otra sesión igual para sus mujeres. Cuando Farida y sus colaboradoras volvieron allí para organizar dicha sesión, tuvieron la sorpresa de ver a los hombres cocinando y sirviendo la comida para que sus mujeres pudieran asistir tranquilamente a la sesión. Después, los hombres dijeron a Farida que, gracias a su charla, se habían dado cuenta que las mujeres también son seres humanos. “¡Qué pena que hayan tardado tanto en darse cuenta! Pero más vale tarde que nunca”, dice Farida.
Su vida profesional ha estado llena de ejemplos como éste, pero, desgraciadamente, las sorpresas no han sido siempre buenas. Se ha enfrentado también a las autoridades y a las agencias de inteligencia y, en alguna ocasión, ha estado detenida. Muchos de estos desencuentros ocurrieron durante los ochenta, cuando Farida, junto con otras activistas fundó el Foro de Acción de las Mujeres (WAF) (Women’s Action Forum). El objetivo era oponerse y resistir a las políticas y leyes retrógradas que introdujo en nombre del Islam Zia Ul-Haq, el dictador paquistaní en el poder entre 1977 y 1988. Farida y sus compañeras tuvieron que hacer frente a las presiones de las élites locales y a los ataques de la prensa conservadora y de partidos político-religiosos.
A pesar de todo, sus esfuerzos han sido clave en los debates que llevaron a muchos cambios legales sobre la representación política de las mujeres. Farida ha redactado también el capitulo sobre “Mujeres, Poder y Toma de decisiones” en el Plan de Acción para Mujeres del Gobierno, que incluye medidas de representatividad de las mujeres. En el año 2002, su equipo del programa “Mujeres, Derecho y Estatuto” contribuyó directamente a cambios en la ley musulmana del matrimonio. Las actividades de Farida han permitido a un número creciente de mujeres conocer sus derechos en el matrimonio y, por lo tanto, poder negociar su posición, registrarla en un contrato y no tener que soportar matrimonios abusivos.
Desde el año 1986, Farida pertenece a WLUML, una red internacional que proporciona información y promueve la solidaridad y el apoyo a las mujeres cuyas vidas están diseñadas, condicionadas o dirigidas por las leyes y las costumbres que supuestamente derivan del Islam. La red pretende aumentar la autonomía de las mujeres, apoyando sus luchas en los diversos países musulmanes, conectándolas a otros grupos de mujeres y movimientos feministas y facilitando el intercambio, la toma de contacto y la interacción entre ellas. Es también un medio de información y de comunicación. Farida es la coordinadora de la oficina regional de Asia.
En una entrevista a la AWID (Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo), Farida expone muy claramente los objetivos de la red WLUML: “Debemos volver a apropiarnos, individual y colectivamente, del derecho a diseñar nuestras identidades personales y colectivas. No podemos dejar a otros que lo hagan en nuestro lugar. Tenemos que negarnos a ser encasillados dentro de definiciones de identidades bidimensionales que dicen, por ejemplo, que sólo se puede ser una mujer musulmana (u otra identidad) si eres x, y, o z”.
“Por ello”, continúa Farida, “debemos proporcionar formas de apoyo y puntos de referencia alternativos para las mujeres y para todo el mundo. También existe una necesidad de responder a los proyectos fundamentalistas en el corto plazo. Pero creo que las respuestas a largo plazo y sostenibles deberían ser poco ostentosas, orientadas al desarrollo y que impliquen una lenta reapropiación por nuestra parte de las instituciones para cambiarlas”.
“Me gustaría compartir con vosotras una de las posiciones de la red WLUML más fundamentales. Y es, que de todas las distintas opresiones que sufrimos las mujeres que vivimos bajo las leyes musulmanas, una de las peores es que se nos niega incluso el derecho a soñar un mundo diferente y alternativo. Siempre hemos luchado por el derecho a tener nuestros sueños, a unir nuestras manos, a enfrentarnos a aquellos que quieren aislarnos, y tener el valor de extender la mano para alcanzar esos sueños. Finalmente debemos seguir honrando y buscando justicia para aquellos que han perdido sus vidas intentando lograr sus sueños”.
Con sus acciones y sus palabras, Farida recuerda a todas las mujeres del mundo musulmán y también a las mujeres del resto del mundo la importancia de los tres elementos claves para su independencia y para el respecto de sus derechos: la reapropiación de sus identidades, la solidaridad entre mujeres y lo más importante, nunca dejar de soñar.