Dora María Téllez

AUTORA DEL TEXTO: MERCÈ RIVAS TORRES

NICARAGUA, 1956

“Me siento realizada en cualquier lugar en el que pueda aportar algo, me gusta trabajar con el ser humano”

Guerrillera del Frente Sandinista de Liberación Nacional, tomó el 22 de agosto de 1978, junto al comandante Edén Pastora, el Palacio Nacional de Managua en la conocida como Operación Chanchera. Su objetivo: derrocar al régimen dictatorial de Anastasio Somoza. Era la “Comandante Dos”. Actualmente se dedica a defender los derechos de los menos favorecidos desde el Movimiento Renovador Sandinista, una escisión del Frente.

Con 20 años abandonó sus estudios de Medicina y se fue a la guerrilla. No estaba dispuesta a estar con los brazos cruzados frente a una sanguinaria dictadura como la de Somoza. Fue una de las protagonistas de la ofensiva y tras llegar al poder ocupó diversos cargos militares, fue elegida diputada y nombrada ministra de Salud. Durante su trabajo en dicho Ministerio llevó a cabo una intensa campaña de vacunación entre la población más joven que fue premiada por Naciones Unidas por ser “un avance excepcional en materia de salud”.

Se trata de una luchadora de raza, contundente, convencida de todos sus actos y con una gran credibilidad entre los nicaragüenses gracias a su honestidad. Recién nombrada ministra declaraba: “Me siento realizada en cualquier lugar en el que pueda aportar algo, me gusta trabajar con el ser humano”.

Se confiesa satisfecha con los primeros avances de la revolución sandinista: “Ha beneficiado mucho a las mujeres”, dice. Con los años llegó el descontento, la frustración.

Su compañero de militancia y Gobierno, el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, también opinaba con tristeza que “la revolución sandinista fue, para mí, la más bella. Supuso una realización personal. Como dijo la escritora Gioconda Belli, “fue la plasmación de la ternura de los pueblos”. Fueron años muy bellos pero con el tiempo los principales dirigentes sandinistas perdieron la moral al ser derrotados en las urnas. Se corrompieron”. Dora añade que “en estos momentos Ortega se dedica única y exclusivamente a reprimir a los ciudadanos y no a resolver los problemas de la vida”. Tanto Cardenal como el escritor Sergio Ramírez, que fue vicepresidente del Gobierno recién triunfante de la revolución, o la propia Dora, opinan que en estos momentos “Nicaragua es una dictadura familiar de Daniel Ortega, familia y amigos”.

Por esa razón Dora María y sus amigos Cardenal y Ramírez decidieron abandonar el Frente Sandinista liderado por Ortega y fundar en 1995 su propio partido, el Movimiento Renovador Sandinista, con la finalidad de crear una nueva fuerza política que “reivindique los auténticos valores del sandinismo, la democracia y la justicia social”. El MRS se fundó oficialmente el 18 de mayo de 1995, en el centenario del nacimiento de Sandino.

Desde su nacimiento el Movimiento cuya líder indiscutible es Dora, aunque dejó de ser presidenta en el 2007 para dar paso a Enrique Sáenz, enarbola la democracia, el respeto a las instituciones así como el Estado de derecho “junto a la justicia social y el desarrollo con equidad”, añade esta fuerte mujer.

La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas salió en defensa de las posiciones de Dora declarando: “Expresamos nuestro apoyo y respaldo a Dora María o a Ernesto Cardenal, a quienes el Gobierno ha constreñido arbitrariamente su participación en el ámbito público, en una actitud dictatorial que ha sido denunciada internacionalmente” y exigían que cesara el ataque a esas personas y que las autoridades acataran la Declaración de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Dora no sólo ha tenido que hacer frente al Gobierno de Ortega, sino que tambien ha tenido que enfrentarse a múltiples obstáculos en la defensa de unos valores, pero siempre ha contado con el apoyo de mucha gente, que la ha acompañado en su lucha. En 2004 esta valiente y pertinaz mujer tuvo que ver cómo el Gobierno de Estados Unidos le negaba la entrada a ese país para acudir a unos cursos en la Universidad de Harvard. Rápidamente 112 profesores de dicha Universidad junto a otros profesores de 15 universidades americanas publicaron una declaración en su defensa señalando que se trataba “de una persecución contra quienes hicieron posible el derrocamiento de la atroz dictadura de Anastasio Somoza. Un régimen criminal e inhumano que fue apoyado financiera y militarmente por Estados Unidos”.

Daniel Ortega ha proseguido su línea represora y en el año 2007 decidió ilegalizar el Movimiento Renovador Sandinista, el partido de sus ex compañeros de guerrilla. En junio del 2008, Dora decidió iniciar una huelga de hambre en la rotonda de Metrocentro, en pleno corazón de la ciudad de Managua, junto a la Catedral, para reivindicar la legalidad de su grupo así como mostrar su “solidaridad con miles de nicaragüenses que padecen hambre, que viven en asentamientos en condiciones infrahumanas, que están desempleados…”.

Doce días después su vida corría peligro y debido a la presión de todos sus compañeros, tras conocer el diagnóstico de los médicos, Dora abandonó la huelga y tuvo que ser ingresada en un hospital en un estado muy delicado.

En esos días duros e inolvidables Dora tuvo el apoyo de numerosas personalidades del mundo de la cultura como Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Juan Gelman, Noam Chomsky, Salman Rushdie o Bianca Jagger, que publicaron en una carta: “Admiramos la valentía y compromiso de Dora María Téllez. Su integridad, su prestigio, dedicación y el riesgo que corrió su vida al permanecer trece días en huelga de hambre nos motiva a solicitar al Gobierno de Nicaragua que medite muy bien sobre las consecuencias de no atender las demandas que ella representa”.

Pero no sólo grandes nombres internacionales apoyaron a Dora. El nueve de junio en El Nuevo Diario de Managua aparecía una columna de un compañero de estudios de Dora en la Facultad de Historia de Managua cuando compartieron tres años de investigaciones. Karlos Navarro afirmaba: “Siempre mostró en clase una agudeza mental extraordinaria para analizar los procesos históricos y como mujer inteligente rechaza las ideas definitivas, acepta los problemas y los asume dándoles una perspectiva profunda y compleja”. Tras esos estudios Dora había elaborado una tesis titulada Muera la Gobierna, un profundo trabajo de campo que describe detalladamente el proceso de despojo de sus tierras a los indígenas de Matagalpa y Jinoteca, causado por la colonización del Estado nicaragüense en los años 1820-1890. Navarro también la visitó durante sus días de huelga de hambre y Dora le comentó nada más verlo: “He tomado la decisión de iniciar en este momento una huelga de hambre, para la defensa de nuestro derecho a la democracia y de nuestro derecho a la vida”.

Una vez recuperada afirmaba con la misma fuerza de siempre: “Vamos a ir ahora a las calles a seguir presionando para que en Nicaragua se restablezca la democracia”. Pero con su integridad habitual añadía: “Estos días he aprendido mucho. He hablado con miles de personas y la constante de todos es que hay que luchar contra este Gobierno. Hay que romper el miedo”.