Sultana Khaya

 

 SAHARA OCCIDENTAL- 1980

Autor del texto: Rodrigo Gil Llorente

 

«Decimos ‘basta’ a la ocupación y a la violencia cometida contra los saharauis en los territorios ocupados. Y lo seguimos haciendo sin recurrir a ningún tipo de violencia.» 

Sultana Khaya es una activista saharaui nacida en el año 1980 en Bojador. A lo largo de su vida ha desempeñado una labor destacable como defensora de los Derechos Humanos en el territorio del Sáhara Occidental, y como defensora del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. En la actualidad es la presidenta de la Liga de Defensa de los Derechos Humanos contra el Saqueo de los Recursos Naturales, y participa también como miembro de ISACOM (Instancia Saharaui Contra la Ocupación Marroquí, por sus siglas en español). Su vocación y activismo político la enfrentarían en repetidas ocasiones con el gobierno marroquí, llegando incluso a perder su ojo derecho en un altercado con la policía marroquí en 2007. Su compromiso y activismo han sido un claro ejemplo a seguir para muchas otras mujeres comprometidas con el cambio social, no sólo en el marco del Sáhara Occidental, sino también en un contexto transnacional. A lo largo de su vida, ha sufrido represión, desapariciones forzadas, detenciones policiales, abusos de todo tipo, y a pesar de todo ello su resiliencia y compromiso han sido más que notables.

Su vocación política y compromiso humanitario han sido inquebrantables a lo largo de su vida, y no han desfallecido ni se han visto atenuados como consecuencia de la situación de arresto domiciliario que sufre desde noviembre de 2020 . El arresto se enmarca en un contexto de tensión en las relaciones y reanudación de las hostilidades entre el Frente Polisario y el gobierno de Marruecos a partir de 2020, y desde entonces, las fuerzas marroquíes le impiden la salida del domicilio a Sultana Khaya, así como a su hermana Elwara y a la madre de ambas, de 80 años. Durante los más de dos años de confinamiento, la familia Khaya ha sufrido abusos, ataques y represión por parte de las fuerzas del orden marroquí estacionadas en el exterior de la vivienda. Sultana afirma que ha sido violada en dos ocasiones distintas, y que fue obligada a presenciar, junto con su madre, cómo su hermana Elwara era violada por las fuerzas del orden marroquí con el palo de una bandera saharaui. La ilegalidad de la situación de arresto que sufre la familia Khaya es evidente, pero esque a esta se le sumán además severas restricciones en el acceso a la electricidad, los ya mencionados abusos, y la vigilia constante a la que Sultana y su familia se ven sometidas.

A pesar de haber visto cómo se soldaba la puerta de su casa, a pesar de tener prohibida la salida de su domicilio, y a pesar de haber sido agredida sexualmente, el compromiso de Khaya con la libertad del pueblo saharaui y la defensa de los derechos humanos ha permanecido intacto. Ante la incapacidad de salir del domicilio, Khaya creó lo que ella denomina “el pasadizo de la libertad” (Pia Global. 14 de enero de 2022) destruyendo parte del techo de la vivienda con una piedra para así poder acceder a la azotea del edificio. Este pasadizo le permitiría a Sultana y a su hermana subir a la azotea diariamente para ondear la bandera saharaui como forma de reivindicación del derecho de autodeterminación, pero también como vía de protesta pacífica contra su situación de arresto irregular. Pese al carácter pacífico de dichas demostraciones, estas serían contestadas con violencia y represión por parte de las autoridades marroquíes, incluyendo los ya mencionados asaltos sexuales, la destrucción del mobiliario de la casa, y hasta el uso de sustancias químicas contra Khaya y su familia.

Khaya, sin embargo, no desempeña un rol pasivo en la defensa de estas causas, pues a lo largo de los años ha adoptado un papel cada vez más relevante en la denuncia activa del régimen de ocupación marroquí y su ilegalidad, así como en la denuncia de la explotación económica a la que se ve sometido el Sáhara Occidental. Esta denuncia se focaliza en las políticas de ocupación y colonización llevadas a cabo por el estado de Marruecos y en la crítica a la aquiescencia de terceros países y empresas que colaboran en la explotación económica de los territorios ocupados. La cooperación económica de los estados europeos con Marruecos, y la colaboración y financiación de proyectos llevados a cabo en el territorio del Sáhara no sólo tienen efectos devastadores para el ecosistema y modo de vida local, sino que son otro obstáculo más para el proceso de autodeterminación saharaui y un gran impedimento para la autonomía económica de su población.

A pesar de las condiciones de vida de Khaya, cuando a esta se le pregunta por su situación en una entrevista de enero de 2022, esta responde que “No sólo es un cerco de 417 días, son 47 años de ocupación ilegal, y privación de un pueblo”, “Esta es una patria convertida en una cárcel”. Al igual que el enfoque de la gran mayoría del pueblo saharaui, Sultana Khaya hace de la lucha pacífica y la denuncia su gran arma contra la opresión que sufre. Su vida, trayectoria y activismo como mujer comprometida con la paz son verdaderamente importantes dentro de la comunidad saharaui y en la proyección internacional de la misma. La resistencia incansable es uno de los grandes activos de la comunidad saharaui, y, como parte de la misma, Khaya busca generar empatía en la comunidad internacional a través de la visibilización de su situación y contexto particular en el marco más general de la búsqueda de autodeterminación.