Bertha Lutz

 

BRASIL – 1894-1976

Autor del texto: Guilherme Veiga

 

“Mientras estén dividas las naciones, habrá guerra; cuando se unan, llegará el reino de la paz. Mientras esté sola la mujer, será siempre el frágil ser que flota a merced de las circunstancias. Cuando unan, se convertirán en una gran fuerza. « 

Hija de una enfermera inglesa y un médico y científico brasileño, formó en Ciencias Naturales por la Universidad de París (1918) y por la Facultad de Derecho de Río de Janeiro (1933). Científica, feminista, política, diplomática, educadora y escritora, Publicó innumerables trabajos científicos, artículos en periódicos y libros que tratan de desde biología y educación hasta derecho y emancipación de la mujer.

Su trayectoria científica empezó a principios del siglo pasado, cuando fue apenas la segunda funcionaria pública federal de Brasil, tras ganar un concurso del Museo Nacional de Río de Janeiro en 1919, donde fue docente, investigadora y gestora por 45 años. Además de preservar y publicar trabajos científicos de su padre, Adolfo Lutz, pionero en medicina tropical y zoología médica, sus contribuciones a la biología son innegables: catalogó unos miles de especies brasileñas y inspiró al baptismo de las especies de anfibios Liolaemus Lutzae y Hyla Squalirostris Lutz. Hasta sus últimos días aún intentaba crear un Museo Natural en Río de Janeiro. Pero su entrada en los cuadros del funcionalismo público generó críticas y debates sociales, obligándose a escribir una serie de artículos periódicos sobre emancipación de la mujer en una sección denominada «Rio Femina» del Rio Jornal (Río de Janeiro). Comienza lo que sería el eje central de su vida a partir de ahí: la lucha por la igualdad de género.

 

Lutz era una defensora de la paz, por eso se distanció de tácticas violentas para al revés adoptar iniciativas más ponderadas, estratégicamente más efectivas a la emancipación de las brasileñas en el ambiente social hostil en que estaban. Para ella, el triunfo del feminismo “no se deberá a las militantes que buscan alcanzarlo a través de la violencia; será antes recompensa a las que han tornado esforzadas pioneras en las artes y las ciencias; a las que se dedican al trabajo intelectual o manual; a las que para ellos se preparan; a las que por la educación que dan a sus hijas sugieren las más nobles aspiraciones, que por la reverencia que inspiran a sus hijos les enseñan a adorar la mujer, finalmente as que con su amor ilustrado abren al hombre nuevos horizontes, llenos de armonía y luz.”

 

No solo predicó la participación asociativa y política, el trabajo y la educación como iniciativas esenciales al desarrollo de las mujeres como vivió bajo estos ideales: fundó la Liga por la Emancipación Intelectual de la Mujer (1919), la Federación Brasileña para el Progreso Femenino (1922), de la Asociación Brasileña de Educación (1924), la Unión Universitaria Femenina (1929), la Liga Electoral Independiente (1932), del Sindicato de Mujeres Profesionales y del Sindicato de Funcionarias Públicas (ambos en 1933); siguió su carrera de bióloga; organizó encuentros, palestras, congresos y conferencias; escribió asiduamente en la prensa; y articuló alianzas  con líderes políticos y de la sociedad civil.

 

Integró las comisiones de elaboración del Código Electoral de 1932 y de la Constitución de 1937 y logró conquistas significativas como igualdad salarial, licencia por maternidad, salario mínimo y reducción de la jornada laboral de 13 horas. Como parlamentaria combatió el trabajo infantil, la insalubridad laboral y la pérdida de derechos civiles y penales de la mujer por el matrimonio; buscó universalizar la educación pública; luchó por los derechos de la mujer indígena; y instituyó los días nacionales de las Madres, de los Niños y de la Paz.

 

Bertha contestó firmemente la objetificación de la mujer y el trato infantilizado que les imponía la mentalidad patriarcal de estructuración familiar. En su discurso de inauguración en la Cámara de Diputados (1936), afirma: «El hogar es la base de la sociedad, y la mujer siempre estará integrada en el hogar. Pero el hogar no se limita al espacio de cuatro paredes. El hogar es también la escuela, la fábrica, la oficina. El hogar es principalmente el parlamento, donde se redactan las leyes que regulan la familia y la sociedad humana”. El año siguiente, cuando capitaneó la comisión encargada de elaborar el primer Estatuto de la Mujer de Brasil, afirmó en las justificativas del proyecto de ley que “La base del hogar no es la autoridad, sino el afecto. Sus columnas maestras son la colaboración recíproca y el respeto mutuo entre hombres y mujeres.”

 

Logró permitir el acceso de mujeres a la educación pública secundaria y superior en Brasil y realizó investigaciones sobre la difusión de conocimientos domésticos y agrícolas entre la población rural de Bélgica y Estados Unidos de América, con base en los cuales propuso distintos programas de educación femenina que al final inspiraron todo el sistema de enseñanza técnica y profesionalizante desarrollado brasileño en décadas posteriores. Proporcionó importantísimas contribuciones en la creación de la Universidad de Brasil en 1937, además de realizar estudios sobre la importancia educativa de los museos.

 

Su vinculación laboral al Ministerio de la Agricultura (Museo Nacional) le permitió ser invitada a representar su país en innúmeras ocasiones. Como diplomática brasileña tomó parte de distintos encuentros internacionales y participó activamente en la elaboración de documentos de inmensa importancia hacia los días de hoy: Primera Conferencia Interamericana de Mujeres (Baltimore, 1922); Conferencia de la Alianza Internacional de Mujeres (Roma, 1923); Conferencia Internacional de Mujeres (Berlin, 1929); Declaración de Filadelfia (1944), actual carta de la Organización Internacional del Trabajo; Carta de la Organización de las Naciones Unidas – ONU (San Francisco, 1945);  Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (Geneva, 1952); y Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer (México, 1975).

 

En el campo de la educación, logró permitir el acceso de mujeres a la educación pública secundaria y superior en Brasil, realizó estudios sobre la importancia educativa de los museos y dio importantísimas contribuciones en la creación de la Universidad de Brasil en 1937. Además, realizó investigaciones sobre la difusión de conocimientos domésticos y agrícolas entre la población rural de Bélgica y Estados Unidos de América, con base en los cuales propuso distintos programas de educación femenina que al final inspiraron todo el sistema de enseñanza técnica y profesionalizante desarrollado brasileño en décadas posteriores.

 

Bertha Lutz fue por tanto ejemplo de dedicación y trabajo que hacia los días de hoy inspiran y empoderan a las mujeres. Su papel protagonista en la Conferencia de San Francisco (1945) es ampliamente reconocido, objeto de investigaciones y producciones artísticas. Al lado de Minerva Bernadino, de República Dominicana, fueron las dos únicas delegadas que entre 156 hombres lograron incluir la palabra mujeres en pie de igualdad con hombres en preámbulo y en el artículo 8 de la Carta de fundación de la ONU. Una visionaria en sus estrategias de persecución por igualdad de género en el mundo y pionera en la realización de los derechos de la mujer en Brasil.