Yelena Osipova
RUSIA – 1945
Autora del texto: Daniela María Cerrato Pérez
“Todos somos rehenes de una política imperialista violenta y provocadora”
Yelena Osipova es una conocida artista y activista rusa que ha dedicado toda su vida a la participación en movilizaciones contra las políticas autoritarias del gobierno ruso. Su arte, siempre presente en tales manifestaciones, ha sido una de las herramientas más eficaces para hablar sobre cualquier asunto de la actualidad y, sobre todo, para concienciar sobre los efectos devastadores que trae consigo el conflicto y las políticas imperialistas de Rusia. El 2 de marzo, en una protesta contra la invasión de Rusia a Ucrania, Yelena Osipova fue detenida por las autoridades del país.
Yelena Osipova, de 77 años de edad, nació en 1945, justo cuando se cumplió un año del Sitio de Leningrado (1941-1944). Sus padres vivieron el terror de las acciones de la Alemania nazi, la cual, ante la imposibilidad de tomar Leningrado rápidamente, decidió bloquear la ciudad y dejar morir de hambre a la población civil. Como consecuencia de ello, numerosos miembros de la familia de Yelena fallecieron.
Los dramáticos acontecimientos que vivieron los familiares de Yelena Osipova, así como las dificultades que ella misma experimentó a causa de estos hechos, hicieron florecer en su mente una conciencia pacifista que, con los años, se unió al trabajo artístico. De hecho, la activista se graduó en la Escuela de Arte de Táurida, ahora conocida como Escuela de Arte Roerich. Sus obras y, especialmente, la forma esquemática en la que representaba a las figuras, estuvieron enormemente influenciadas por los frescos de Andrei Rublev y Dionisius.
Después de su graduación, Yelena dedicó toda su vida a educar en el arte y en la paz. Tal y como ella misma afirmó en una entrevista, siempre ha sido una artista y educadora muy comprometida: “enseñé durante más de treinta años y organicé tres escuelas de arte desde cero». Sin embargo, lo que hizo que la artista fuese conocida internacionalmente fue el traslado de sus obras a manifestaciones pacíficas organizadas contra las autoridades rusas.
Las obras que presentaba en las manifestaciones eran pancartas diseñadas con un estilo artístico fluido y caricaturesco que servían como fuerte crítica a la violencia ejercida por el Estado ruso. En una de sus obras más conocidas, la artista representaba a Rusia con un pájaro y un oso. Con esta, Yelena afirmaba que “Rusia quiere ser un pájaro: pacífica, honesta, amable. Rusia: amable y trabajador. En 2011 el oso ya no se puede curar. Vota por el pájaro. Aunque está herido, si se trata bien, puede volar alto. Vota por el pájaro trabajador”.
El hecho de mostrar esta pancarta en las protestas de 2015 hizo que sus obras se volvieran virales. Desde entonces, Yelena Osipova es conocida como “la abuela de la oposición” y, además de realizar numerosas exposiciones artísticas al público, la pintora ha desarrollado una mayor pasión por la lucha pacifista.
En el año 2018, Osipova salió a las calles de San Perterburgo para dar su apoyo al cineasta y activista político ucraniano Oleg Sentsov, quien estaba en huelga de hambre tras haber recibido 20 años de prisión por disidencia. Posteriormente, en 2019, la activista rusa llevó a cabo una de sus reivindicaciones más conocidas: la creación de un mural cuando se cumplieron 75 años del Sitio de Leningrado, el hecho que marcó su vida y su carrera artística. Con ello, Osipova quería recordar a su amiga Lenina Nikitina, la única de su familia que sobrevivió las acciones violentas de los alemanes. Sin embargo, ha sido su participación política en las huelgas contra la invasión rusa hacia Ucrania y su consiguiente detención lo que ha hecho que, desde hace unos días, Yelena Osipova ocupe las portadas de todos los periódicos internacionales.
Las violentas acciones rusas sobre el territorio ucraniano han hecho que miles de rusos se levanten y alcen la voz contra lo que supone una terrible violación de los derechos humanos, a pesar del riesgo que estas acciones entrañan. Yelena, como activista y firme defensora de la paz y la no violencia, decidió participar en una de las manifestaciones que tuvieron lugar en San Petersburgo. Así pues, el 2 de marzo de 2022, la activista apareció en medio de la multitud con una pancarta que decía: «Hijo, ¡no vayas a esta guerra! Soldado, depón tus armas y serás un héroe de verdad».
Desde hace varios años, la participación y la movilización política es ampliamente castigada por las autoridades rusas y, evidentemente, la participación de Yelena no iba a recibir un trato distinto. Ni siquiera la edad de la activista contuvo a los policías, quienes, a pesar de la férrea oposición de las personas allí presentes, detuvieron a Yelena. Tras negarse a moverse, la activista fue forzada a caminar hacia el furgón, lo cual fue grabado y hecho viral gracias a las redes sociales. Posteriormente, según afirmó el Ministerio del Interior para San Petersburgo, el furgón la sacó de las protestas y la llevó a su casa. Sin embargo, tal organismo no ha declarado aún si se abrirá un procedimiento sancionador contra la jubilada, aunque, según afirman algunos conocidos, si finalmente ocurriese, este no sería el primer procedimiento abierto en su contra por denunciar la represión, la guerra y las injusticias.
Las acciones activistas y pacíficas que Yelena Osipova llevó a cabo durante toda su vida, así como su detención por defender la no violencia y los derechos de los que ahora mismo están más necesitados, han convertido a la artista en una figura emblemática alrededor de todo el mundo. La vida y la lucha de Yelena muestra que la valentía y los esfuerzos por conseguir una sociedad mejor pueden ser elementos clave para visibilizar las nefastas situaciones que se viven en otros contextos y, por consiguiente, para encontrar una solución a los mismos. Así pues, reconocer a mujeres como ella se vuelve fundamental para seguir motivando la lucha por un mundo más justo y pacífico, un mundo en el que todas las gentes puedan disfrutar de los derechos más fundamentales.