Tica Font Gregory
AUTORA DEL TEXTO: LAURA ALONSO CANO
ESPAÑA, 1956
“Entonces comprendí que el camino del movimiento ecopacifista iba a estar lleno de dificultades”
Vicepresidenta de Justícia i Pau (Justicia y Paz). Experta en el comercio de armas. Ha sido presidenta de la Federació Catalana d’ONG per la Pau (Federación Catalana de ONG para la Paz) y ha desempeñado un papel muy activo en la definición y aprobación, en el año 2003, de la Ley de Fomento de la Paz en Cataluña. Desde marzo de 2009 es la Directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz (ICIP).
Compartir la vida, tejer afectos y redes como una finalidad en sí misma, por convencimiento y por placer, es la manera que ella concibe de estar en el mundo. Tica Font evoca sus recuerdos en relación a muchas campañas y movilizaciones, muchas amigas y amigos que, con el pasar del tiempo, siguen ahí, cercanos, cuidados y queridos, compartiendo la ingente tarea de construir la paz.
Se cumplían los primeros años de la década de los setenta cuando Tica comenzó a interesarse por la ecología y el movimiento antinuclear europeo. Sus amigos de aquellos años estaban más interesados en la política interna: asomaba la transición española que debía cambiar el rumbo del país tras cuarenta años de franquismo y oscuridad. La necesidad de entender y su inquieta mirada le hicieron interesarse por el ecopacifismo que tomaba forma en Alemania, tras el asesinato del estudiante Benno Ohnesorg en junio de 1967.
Le apasionaba el debate de la energía nuclear y entendió que la discusión se debía plantear en términos técnicos y por ello decidió estudiar la Licenciatura de Física Nuclear en la Universidad de Valencia para así formar su propio criterio. Tras finalizar sus estudios, en 1984 decide trasladarse a Barcelona, al barrio de Gràcia, y comienza su búsqueda de grupos de referencia con el deseo de participar activamente en la campaña de oposición a la entrada de España en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Su activismo creció junto a las redes de participación social, eran tiempos de osadía y juventud, de riesgo y esperanzas sin quebrar, donde cada nueva acción ofrecía una nueva oportunidad de hacer amigos con los que soñar en construir otro mundo posible. Intuyó que su lugar no estaría en los partidos políticos, siempre obsesionados por obtener rédito político de cuantas acciones llevaban a cabo.
De aquellos años conserva muy buenos recuerdos, grandes amistades y algunas decepciones que fraguaron su espíritu perseverante. Tras una intensa campaña que logró movilizar a la población española, el triunfo del “Sí” al ingreso de España en el referéndum de la OTAN en marzo de 1986 supuso para Tica la mayor decepción: “Entonces comprendí que el camino del movimiento ecopacifista iba a estar lleno de dificultades y me sirvió para prepararme mejor ante las frustraciones que, entonces entendí, estarían por venir”. Esto supuso para Tica un punto de inflexión en el que aceptar que los logros del movimiento por la paz son lentos y escasos, aunque siempre valiosos e imprescindibles en la apuesta por la paz.
Tras el fracaso de la campaña anti-OTAN decide iniciar, junto a Arcadi Oliveres y Vicent Fisas entre otros, un grupo de estudio de las cuestiones relacionadas con el desarme, gastos militares y comercio de armas. Desde entonces ésta ha sido una de las temáticas que más ha trabajado y en la que ha puesto mucho de su tiempo y dedicación. Con los años ha obtenido el reconocimiento a sus trabajos y estudios en un área tradicionalmente abordada por hombres, estos han sido los años de su actividad en Justícia i Pau y posteriormente en el Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs (Centro de Estudios para la Paz JM Delàs), que forma parte de Justícia i Pau.
No obstante, de todo este tiempo Tica se siente especialmente orgullosa de haber sabido cuidar las relaciones personales y los afectos en su grupo de trabajo, dando valor a lo cotidiano, haciendo suyo el lema feminista de los años setenta: “Lo personal es político”. Sabe que su labor ha sido esencial, los ha cohesionado y ha posibilitado la permanencia activa del grupo a lo largo del tiempo.
Durante muchos años Tica ha analizado los datos que presentan los Gobiernos sobre fabricación y comercio de armas para confrontarlos con la información que los dirigentes comunican a la ciudadanía sobre defensa y armamento y que, habitualmente, es parcial e inexacta. Conocer la realidad de las políticas de armamento de los países desarrollados ofrece una visión más certera del cómo, el porqué y cuándo suceden los conflictos armados en todo el mundo y de la innegable responsabilidad que las economías desarrolladas tienen en la inestabilidad política y económica del mundo actual. Por ello Tica reclama con insistencia la máxima transparencia en la información que los Gobiernos están obligados a ofrecer en relación con el gasto militar y el comercio de armas.
A lo largo de su trayectoria, Tica Font ha defendido su independencia y la libertad de opinión sin interferencias económicas, ha tratado siempre de separar su vida laboral de la militancia en la organización. Por ello ha transitado de un trabajo remunerado a otro, logrando superar varias oposiciones, siempre con el objetivo de disponer de media jornada para su activismo por la paz. Además de su labor en Justícia i Pau, ha sido presidenta de la Federación Catalana de ONG por la Paz en Cataluña y ha desempeñado un papel muy activo en la definición y aprobación, en el año 2003, de la Ley de Fomento de la Paz en Cataluña, ley pionera en todo el Estado español en este ámbito.
Desde esta implicación, cuando se abrió la candidatura para la dirección del Instituto Catalán Internacional por la Paz (ICIP) tuvo que enfrentar el dilema de renunciar a su independencia económica y a continuar con sus análisis como investigadora, pero la posibilidad de dar continuidad a una línea de trabajo en la que se había involucrado durante los últimos años la animó al desafío. Dirigir un centro independiente, que cuenta con el apoyo del Parlamento catalán, con presupuesto propio, es toda una oportunidad para avanzar en el trabajo por la paz y una apuesta de futuro. El ICIP creará líneas nuevas de trabajo que serán una referencia para otros muchos centros nacionales e internacionales.
Llegar hasta aquí le ha costado muchos esfuerzos, muchos años de trabajo de sensibilización y divulgación de la paz, charlas, conferencias, campañas, un sinfín de actividades que se han ido concatenando unas con otras, y que poco a poco han dado sus frutos. Así lo percibió cuando Estados Unidos invadió Irak. La plataforma catalana “Aturem la guerra” (Paremos la guerra) se movilizó ampliamente para mostrar su desacuerdo con esta ocupación. Cientos de movilizaciones mostraron que la paz era importante para los ciudadanos y con ello los políticos catalanes entendieron los argumentos y la importancia de contar con un centro de investigación para la paz. Desde el mes de marzo de 2009 Tica ha asumido la dirección de este centro. Sabe que no será un trabajo fácil, que le obligará a renunciar a algunas de las actividades que había llevado a cabo hasta ahora relacionadas con sus estudios e investigaciones sobre el comercio de armas. Pero también sabe que será una gran oportunidad para construir una iniciativa nueva. “Se construye haciendo” y a Tica no le asustan los retos y los desafíos.
Ella sabe trabajar en la complejidad, desde siempre se ha movido bien en las redes de las organizaciones, ha coordinado plataformas y grupos. Es parte del movimiento por la paz, ha crecido y aprendido con él y a lo largo de estos años ha tejido una red de afectos y complicidades que la han permitido ser activista mientras compartía la vida con sus mejores amigos.