Sophie Scholl

 

ALEMANIA – 1921

Autora del texto: Marina Gómez García

 

El hecho de que tantas cosas estén en conflicto no significa que nosotros mismos debamos estar divididos.”

Sophie Scholl fue una activista y participe en el movimiento de resistencia contra la Alemania Nazi, La Rosa Blanca. Mientras repartía octavillas de propaganda en contra de Hitler en la Facultad de Biología de la Universidad de Múnich, fue arrestada y condenada a muerte por alta traición en contra del régimen, ese mismo día fue asesinada por una guillotina, por pedir libertad y luchar fervientemente en contra de un régimen opresor. A día de hoy su busto permanece en el Walhalla de Baviera como conmemoración a su corta, pero intensa lucha contra el terror.

Sophia Magdanele Scholl, también conocida como Sophie Scholl nació el 8 de mayo del año 1921 en Forchtenberg, Alemania. Siendo la cuarta de seis hijos del matrimonio entre Magdalena y Robert Scholl, el cual era alcalde de la pequeña ciudad en la que vivían. La política en casa de Sophie era un tema constante, Robert, su padre se declaraba como liberal, posicionándose abiertamente en contra del nazismo, que en esos momentos ya figuraba dentro de la esfera pública alemana.  Su hermano Hans, su aliado más cercano y tres años mayor que ella, en un acto de rebeldía se alistó a las Juventudes Nazis, si bien tardará bastante poco en abandonar al darse cuenta de que la posibilidad de diálogo en esa esfera brillaba por su ausencia y que la devoción al líder nublaba la mente de sus seguidores.

Durante estos años, Alemania y en general Europa se enfrentaban a las distintas corrientes fascistas, en el Estado Germano Hitler llegó al poder en el año 1933 y a partir de ese momento comenzó a desarrollar numerosas políticas del terror, oprimiendo, reprimiendo e incluso asesinando a todo aquel que no fuera afín a su mandato, esta actividad política culminó con la denominada Solución Final, el genocidio de millones de judíos y opositores al nazismo.

En el año 1932 comenzó sus estudios en una escuela de secundaria reservada únicamente para mujeres. Allí, a los 12 años, se la invitó junto con sus compañeras de clase a entrar en la Liga de Muchachas Alemanas (BDM), una facción femenina de las Juventudes Hitlerianas, a las que en su momento se alistó su hermano. Y al igual que él su primer entusiasmo se transformó en una actitud crítica hacia el régimen, gracias las ideas culminantes tanto de su padre como de su hermano.

Esta fuerte idea política la impulsó a participar en el movimiento juvenil «Bündische Jugend» junto a su hermano Hans, por ello fue encarcelada durante unas horas en el año 1937, ya que esta organización había sido ilegalizada una vez Hitler llega al poder. Este episodio en vez de calmar su pensamiento lo alimentó, reflexionando sobre la agresividad con la que el gobierno nazi se sostenía.

Al acabar secundaria empezó a trabajar como maestra de jardinería, en la guardería Blumberg, además ingresó en el Servicio Público Nacional -RAD-, una apelación de índole obligatorio a la cual todos los ciudadanos se debían inscribir con el objetivo de prestar cualquier tipo de servicio al estado debido a la situación bélica en la cual se encontraba en ese momento. Es debido a esta cruenta situación que la tocó ser enfermera en uno de los frentes en la guerra; es este contacto tan estrecho con la realidad, aquello que transformó el curso de su vida por completo. Las distintas vivencias de los combatientes, de los heridos, de la población civil, hicieron que un espíritu revolucionario floreciera dentro de ella.

A los pocos meses de su retorno, en el año 1942, se reunió con su hermano en Múnich y decidió alistarse en la Universidad de Múnich para estudiar filosofía y biología. En esa misma academia estudiaba su hermano Hans medicina, él le presentó a su grupo de amigos, los cuales tenían una fuerte postura política, además todos compartían gran interés el arte, la música, la literatura, etc.

Durante su estancia universitaria empezaron a aparecer por toda la ciudad de Múnich numerosas pintadas y grafitis en las paredes y panfletos políticos en la Universidad sobre un movimiento organizado llamado “La Rosa Blanca”, el cual se oponía de manera directa a la guerra. Sophie se sintió muy atraída desde el primer momento y su implicación aumentó cuando se enteró que su hermano Hans y sus amigos de la universidad eran integrantes clave de esta organización, que empezó con la reunión de cinco personas pero que se extendió rápidamente entre los círculos académicos.

Sophie Scholl al ser una muchacha joven no levantaba demasiadas sospechas para las autoridades nazis, es por esto que fue una pieza clave para “La Rosa Blanca”, pues se encargó de trasladar a otras ciudades alemanas esta idea de organización política, reuniéndose con académicos que la ayudaron a construir células de acción a lo largo y ancho del país.  La Gestapo, la policía política del régimen, empezó sin embargo a orientar sus investigaciones hacia este grupo, a pesar de no tener ninguna pista, comenzaron una dura represión y régimen de vigilancia en las universidades del país.

El miedo a ser descubiertos hizo que la actividad política frenase durante un tiempo, sin embargo, sus convicciones eran mucho más grandes que el temor a las represalias, por esto retomaron su actividad propagandística en julio de 1942. A partir de este momento la actividad de “La Rosa Blanca” se volvió mucho más activa y diligente en contra de Hitler y el Régimen del Tercer Reich, repartiendo folleros y pintando las paredes con eslóganes antinazis y antiguerra, la frase “¡Fuera Hitler!” apareció  por toda la ciudad de Múnich un día de febrero de 1943.

La última distribución de panfletos tuvo lugar en la Universidad, el 18 de febrero de 1943 coincidiendo con la salida de clase de los estudiantes. Una vez se repartieron la mayoría Sophie tomó la decisión de subir a lo más alto de la azotea del rectorado y lanzar el resto de folletos al aire con intención de que cayeran sobre los estudiantes, cómo si esa mañana de febrero nevase la tan ansiada libertad. Scholl fue vista por un conserje, simpatizante del partido Nazi, que no tardó en llamar a las autoridades de la Gestapo, mientras cerraba la universidad, encerrando a los hermanos y a los demás miembros de “La Rosa Blanca”, los cuales finalmente fueron arrestados y sometidos a un interrogatorio.

Los hermanos fueron interrogados y llevados a juicio sin opción de un abogado, a los cuatro días de ser detenidos, el 22 de febrero de 1943, ambos fueron condenados por traición a la patria y sentenciados a la guillotina. Aún siendo obligados y torturados por la Gestapo nunca revelaron los nombres de los miembros del grupo, sin embargo, a los pocos meses dieron con ellos; también fueron juzgados y asesinados.

Sophie murió junto a su hermano, pero su memoria nunca morirá para la humanidad, a su corta edad demostró que el valor y las convicciones son mucho más grandes que la represión, pues la libertad acabará triunfando en la tierra.