Natalya Estemirova 

RUSIA – 1958-2009

Autora del texto: Nastya Cuellar 

 

«Si una persona es una verdadero activista de los derechos humanos, entonces infringe constantemente esas leyes no escritas que crea el Estado (ruso)»

Activista rusa de derechos humanos, periodista, miembro del centro “Memorial” de Derechos Humanos en Grozny (capital de la República de Chechenia, sujeto federal de Rusia). Su asesinato el 15 de julio de 2009 provocó una gran repercusión pública y política.

Natalya Estemirova nació en una familia ruso-chechena en la provincia de Sverdlovsk. Graduada por la Facultad de Historia de la Universidad de Grozny. Hasta 1998 fue profesora de Historia en la Escuela de Grozny nº9 y luego se dedicó al periodismo de derechos humanos. Desde el año 2000 ha sido miembro del centro “Memorial”,  una organización sin ánimo de lucro que investiga la represión política en la URSS y la Rusia moderna, promoviendo la rehabilitación moral y jurídica de las personas que han sido objeto de represalias políticas. Ella se ocupaba de los casos de secuestro y asesinato en la República de Chechenia y colaboró con la famosa periodista asesinada Anna Politkovskaya. Sus colegas escribieron que Estemirova, arriesgando su vida, redactó informes sobre las acciones ilegales del ejército ruso y las fuerzas del orden chechenas, luchó contra la falsificación de casos penales y realizó investigaciones de ejecuciones extrajudiciales y secuestros en Chechenia e Ingushetia.

Estemirova era viuda. Según su amiga, la periodista Marina Litvinovich, su esposo fue asesinado hace mucho tiempo y ella crió sola a su hija Lana, que en el momento del asesinato de su madre tenía 16 años.

Desde 1992, Estemirova comenzó a trabajar en derechos humanos: durante el conflicto osetio-ingush en la región de Prigorodny, en Osetia del Norte, compiló listas de personas desaparecidas y ayudó a los refugiados. En 1998, Estemirova fue secretaria de prensa de la Organización de Prisioneros de Campos de Filtración en Chechenia.

En 2004, recibió el Premio “Right Livelihood» en una ceremonia celebrada en el Parlamento sueco. En 2005, el Partido Popular Europeo otorgó a Estemirova y al presidente del Memorial Sergei Kovalev la medalla Robert Schumann. En 2007, la Iniciativa de Mujeres Nobel otorgó a Estemirova el premio Anna RAW in WAR. Natalya Estemirova fue miembro de la Comisión sobre las condiciones de detención en lugares de privación de libertad, combatió casos de falsificación penal, visitó centros de detención preventiva y luchó activamente contra la práctica de la tortura, investigó secuestros y ejecuciones extrajudiciales.

Estemirova se encontró al comienzo de la segunda guerra de Chechenia (1999-2000) en Adygea y llegó a Chechenia en octubre de 1999. La periodista escribió sobre las víctimas entre  ellos niños de los ataques con cohetes rusos y fue una de las primeras que cubrió la historia del bombardeo de un convoy de refugiados en la carretera Rostov-Bakú en 1999. Ella investigó los secuestros  y trabajó duramente para liberar a las personas detenidas.

Las llamadas «operaciones especiales», eran operaciones de «limpieza» en las que brigadas de soldados entraban en aldeas, detenían a los muchachos y personas complemente inocentes acusados de terrorismo, extremismo y se los llevaban a campos de tortura, donde los obligaron a firmar confesiones falsas. Los familiares de los secuestrados se dirigían a ella para que les ayudase. A principios de los años 2000 no habían teléfonos móviles, de alguna manera se lo transmitían a Natalya y ella interrumpía inmediatamente lo que estaba haciendo a cualquier hora del día, iba a la aldea, grababa a las víctimas y grababa a sus familiares, le describían lo que había sucedido y facilitaban, a veces, la matrícula de los coches. Luego iba al Ministerio Público o al Departamento de Seguridad Pública para intentar salvar a estos chicos, haciendo mucho ruido con sus protestas para lograr que fueran liberados; no siempre lo lograba y muchos de ellos fueron desaparecidos y  sus cuerpos días después con múltiples signos de tortura.  Las personas que lograban salvarse, se ponían en contacto con ella, para contarles como habían sido detenidos ilegalmente, golpeados, electrocutados y obligados a firmar una declaración falsa.

“El trabajo de una defensora de derechos humanos era duro en Chechenia y sigue siendo ahora. (…) Es importante hacerles entender a las víctimas que no son culpables de nada, que el Tribunal de Estrasburgo da esperanza y, lo más importante, que no están solos, porque hay organizaciones que están de su parte y dispuestos a luchar por ellos” afirmaba Natalya.

Natalya Estemirova recibió el primer premio mundial Anna Politkovskaya en 2007, y utilizó la dotación económica  para dar apoyo jurídico a las víctimas de tortura y  defenderlas de las acusaciones penales en Chechenia. Fue invitada por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) a un acto de la periodista asesinada Anna Politkovskaya, que tuvo lugar en París, el 7 de octubre de 2007, en el aniversario del asesinato de la periodista. Cientos de personas participaron para honrar la memoria de la periodista. Ella explicó como Anna Politkovskaya había cuestionado a los  medios de comunicación rusos, que habían defendido la posición oficial del gobierno de Putin sobre Chechenia y habían tenido una responsabilidad  en el asesinato de miles de personas inocentes . Estemirova hizo un llamamiento  en defensa de la libertad de expresión, «un arma sin la cual la humanidad no puede vivir», y terminó su discurso proponiendo que : » Anna sea nuestra bandera».

Según sus colegas, las actividades de Estemirova «irritaron» a la dirección chechena: la defensora de los derechos humanos de Chechenia señaló en repetidas ocasiones que el presidente checheno Ramzan Kadyrov estaba involucrado en el secuestro de personas en la república. “Natalya no podía tolerar la injusticia, ni cualquier tipo de crueldad contra niños y niñas o civiles, y trataba de actuar de forma inmediata. No tenía miedo al riesgo, aunque este era extremo. Cuando viajaba con alguien, tenía miedo por esa persona, pero ella era completamente imparable. ¡Y para ella era increíblemente importante contarlo con su propia voz!”

“Desde el comienzo de la segunda guerra de Chechenia, cuando se inició nuestra cooperación de más de diez años en el  Memorial, Natalya luchó contra la «máquina de la muerte» que secuestraba y mataba a personas y contra el sistema de impunidad organizada que la cubría. (..) Pero nada ha terminado. Nadie ha sido olvidado y nada será olvidado. Recordar es luchar.”- cuenta Alexandr Cherkasov,  activista del Memoria,  en un artículo sobre Natalya Estemirova.

Natalya fue asesinada después de investigar un episodio de ejecución pública en el distrito de Kurchaloev. Ella contó esta historia y fue asesinada casi de inmediato. Fue secuestrada cerca de su domicilio y se la llevaron a un bosque, donde posteriormente fue hallada sin vida.

“Ella no entendía que era estar inactiva y lo que significaba «no podemos hacer nada» (…) Natalya es una de esas personas de mi vida (no la única, debo decir) que me enseñó este principio: “Haz algo, porque  una gota desgasta una piedra”.” Explica Svetlana Gannouchkina, Jefa de la Red Migración y Derecho del Centro Memorial.