Jineth Bedoya Lima
COLOMBIA – 1974
Autora del texto: Sara Martignon
“Creo firmemente en el valor y la fuerza de la palabra, nuestra voz es capaz de trasformar realidades, y es capaz de cambiar la vida de quienes han sido golpeados por la violencia”
Periodista de investigación colombiana, una de las reporteras de guerra más reconocidas a nivel mundial, actual subdirectora del diario El Tiempo, Jineth Bedoya Lima es además una incansable activista de derechos humanos contra la violencia de género y en defensa de la libertad de prensa.
El 25 de mayo de 2000 su vida dio un giro inesperado al ser secuestrada en la puerta de la carcel La Modelo de Bogotá a donde había acudido para entrevistar al ex jefe paramilitar Mario Jaimes Mejía sobre tráfico de armas, desapariciones y homicidios en el centro penitenciario de la capital. Fue torturada y violada por tres hombres de las fuerzas paramilitares durante 16 horas.
No fue hasta el 9 de septiempre de 2009 que Jineth Bedoya contó por primera vez públicamente su historia de violación, con ocasión del lanzamiento en Madrid de la campaña de Intermón Oxfam «Violación y otras Vioelncias: saquen mi cuerpo de la guerra». Fue en ese contexto que inició también su campaña personal «No es hora de callar», que hoy día después de más de una década sigue visibilizando y denunciando la violencia sexual contra las mujeres en el contexto del conflicto armado colombiano, pidiendo al Estado romper con el “pacto de impunidad” que ha caracterizado su caso y el de muchas mujeres más, y acompañando a las sobrevivientes que no tienen ni el apoyo ni los recursos suficientes para seguir con sus vidas.
Después de más 20 años, los progresos de la justicia colombiana en el caso de Jineth Bedoya siguen siendo mínimos: solo hay tres condenas y no existen investigaciones por la participación de agentes del estado. Ante la negligencia de la justicia colombiana y la impunidad, en mayo de 2011 la periodista llevó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lo cual obligó a la Fiscalía General de la Nación a retomar las investigaciones. En 2012 se determinó que los hechos subidos por la periodista constituían crímenes de lesa humanidad, al ser parte de una conducta sistemática y generalizada por parte de grupos paramilitares cuyo fin era acallar la voz de quienes investigaban sobre el conflicto. Según una encuesta realizada por la Universidad de los Andes, en Colombia seis de cada 10 mujeres periodistas han sufrido acoso, persecución y estigmatización en sus espacios laborales. Como consecuencia, cuatro de cada 10 decidieron abandonar sus espacios laborales y una de cada cuatro dejó temas, investigaciones o fuentes, lo que pone en riesgo la libertad de prensa en el país.
Ante la falta de avances en las investigaciones por parte de las autoridades estatales, en julio de 2019 la CIDH decidió llevar el caso de la periodista ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) y en marzo de 2021 se realizó la primera audiencia pública en contra del Estado colombiano. Tal como lo expresó la misma Jineth Bedoya, el pronunciamiento de la Corte puede sentar “un precedente a nivel hemisférico, tanto para la libertad de prensa como para las víctimas de violencia sexual, pero sobre todo abre una vía para que miles de personas puedan encontrar un camino diferente a la impunidad que reina en Colombia.”
Su campaña “No es hora de callar” ha servido de altavoz para miles de mujeres que padecieron ese mismo crímen, ayudando a cientos de mujeres a romper el silencio, levantar su voz y gritar al mundo su historia, animadas por el ejemplo de la periodista. Según un informe de ONU Mujeres, en el marco de la seis décadas de conflicto, el 49% de las mujeres en Colombia han sido víctimas de alguna violación a los derechos humanos, incluyendo la violencia sexual. Símilmente, de acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto, en Colombia hay compilacion viagra psoas iliaco composicion viagra registradas 15.760 víctimas de violencia sexual entre 1958 y 2021.
La campaña también realiza un trabajo de construcción de paz y reconciliación enfocado a las mujeres víctimas del conflicto armado. Jineth Bedoya Lima fue la primera periodista víctima del conflicto en participar en las negociaciones de paz de la Habana que acabaron el 26 de noviembre de 2016 con la firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera entre el entonces Presidente colombiano Juan Manuel Santos y el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Rodrigo Londoño Echeverrí (alias Timochenko). En ese contexto, la periodista colombiana puso el énfasis en la necesidad de integrar una perspectiva de género en el proceso de paz y en el texto del acuerdo, a fin de vincular la paz con la eliminación de toda forma de discriminación, opresión y violencia por razón de género. En otras palabras, se trata de entender y reconocer que la violencia sexual en medio del conflicto armado colombiano se empleó como arma de guerra y constituyó crímen de lesa humanidad, por lo cual no es negociable bajo ninguna circunstancia.
Precisamente por su labor en defensa de los derechos de las mujeres, contra la violencia de género, y en pro de la libertad de prensa, Jineth Bedoya Lima recibió premios prestigiosos como el CJFE International Press Freedom Award (2000), el Courage in Journalism Award de la International Women’s Media Foundation (2001), el Anne Klein Women’s Award (2018), el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de la Unesco – Guillermo Cano (2020) y la Pluma de Oro de la Libertad de la Asociación Mundial de Editores de Noticias (2020).
Su trabajo “ha devuelto la vida a muchísimas mujeres, les ha hecho creer en ellas mismas y denunciar”, pero aún queda camino por delante. En palabras de la misma Bedoya, el gran reto que queda por cumplir es que “muchos hombres se pongan de este lado, que entiendan que nos tienen que ayudar a cambiar esa realidad. Son nuestros derechos, nosotras los hemos ganado. Pero creo que es necesario que también sea el espacio de ellos para que asuman responsabilidades”.