Jane Addams
ESTADOS UNIDOS – 1860-1935
Autora del texto: Virginia Baena
“Nada puede ser peor que el miedo de haber desistido demasiado pronto, y no haber hecho un esfuerzo más que podría haber salvado al mundo”
Socióloga y reformadora social estadounidense, nació en Cerdaville, Illinois y trabajó a lo largo de toda su vida a favor del voto femenino, el pacifismo y en garantizar los derechos a los inmigrantes que llegaban a Estados Unidos. Preocupada por el comienzo de la Primera Guerra Mundial, fue una de las fundadoras en 1915 de la organización Women’s International League for Peace and Freedom. Años más tarde, en 1931, se convertía en la primera mujer americana en ganar el Premio Nobel de la Paz.
Nació la última de una familia de ocho hijos, de los cuales murieron cuatro debido a las tragedias que sucedieron en su familia. A la corta edad de dos años, tuvo que afrontar la dura muerte de su madre, por lo que fue su padre, un líder político local, quién se encargó de su educación. Su relación fue un tanto especial y Jane siempre tuvo esa necesidad que a veces tienen las hijas de hacer sentir orgulloso a un padre.
De niña, fue diagnosticada con tuberculosis y viruela, lo que le provocó numerosos problemas en la columna vertebral y una cojera que hizo que Jane comenzara a tener una imagen muy negativa de sí misma. No se sentía una niña muy agraciada físicamente y los paseos con su padre y vestimenta de gala, se convertían en un sendero de inseguridades y vergüenza para ella, que caminaba unos pasos por detrás. Con los años fue superando esta imagen gracias a su trabajo y el reconocimiento como líder que fue teniendo a su alrededor.
Era una lectora voraz que tenía el interés por los demás como vocación y en 1881 comenzó a estudiar medicina, a pesar del reto que suponía enfrentarse a las convenciones de su época, la sociedad en la que vivía, y a la oposición de su padre.
Este decidió enviarla a Europa y fue precisamente en Londres donde la pobreza de los barrios marginales causó un gran impacto en su vida.
En un viaje posterior a Londres con su gran amiga Ellen Gates Starr, conoce el Toynbee Hall, la primera casa abierta en un barrio pobre, para proporcionar servicios comunitarios a las capas de población más desfavorecidas (settlement house). A su regreso a Chicago, alquilaron una mansión en un área pobre de la ciudad y se mudaron allí para realizar la misma labor que habían visto en Londres: un proyecto filantrópico para mejorar las condiciones de vida de los barrios industriales de la ciudad. Así fundaron el Hull House. Allí, dieron charlas y detectaron las necesidades del barrio, concienciando a los más ricos para ayudar en el cuidado de los más pobres y consiguiendo fondos a través de sus relaciones personales que atrajeron la generosidad de los mejores patrocinadores.
Hull House consiguió atraer a unas dos mil personas por semana, que acudían a clases, reuniones, exposiciones o simplemente para comer. Se convirtió en un lugar de encuentro y formación en el que más tarde los trabajadores y trabajadoras mostrarían su apoyo a Jane en su lucha para mejorar las leyes que regulaban el trabajo de los menores y las mujeres. Su reclamación de reformas económicas y sociales, provocaron la crítica social y la pérdida de donaciones, pero Jane, como mujer persistente que demostró ser, sustituyó ese dinero con sus propios ingresos. La Hull House también servía como institución sociológica liderada por mujeres. Trabajó con George Herbert Mead en una nueva reforma social, que englobaba los derechos de las mujeres o el derecho a la huelga de los trabajadores y trabajadoras del sector textil. Por todo este trabajo se la considera una de las figuras del reformismo social más destacadas de su época.
. Pero ella fue más allá, sabía que para erradicar la pobreza y conseguir derechos para las mujeres, era necesario derrotar y reformar algunos muros y para poder hacerlo, había que cambiar las leyes: incidir en la política. En este campo dirigió sus esfuerzos, hacia la consecución del voto femenino a favor de que la voz de la mujer dejara su transparencia para empezar a tomar color y forma. Jane creía que las ideas de las mujeres tenían que reflejarse en la legislación y la política, para eso era necesario poder votar. En 1910 fue elegida presidencia de la Conferencia Nacional de Asistencia Social y recibió el primer título honorario conferido a una mujer por la Universidad de Yale.
Colaboró en la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, se pronunció en contra de la participación estadounidense en la guerra y apoyó la posición del presidente Woodrow Wilson con el que elaboró unas bases para el logro de la paz. Aceptó el nombramiento como presidenta del Partido de Mujeres para la Paz de los EEUU y como figura reconocida por su defensa del pacifismo y la erradicación de la guerra. En 1915 fue propuesta para presidir el Congreso Internacional de Mujeres que se celebró en La Haya, en él se fundaría la .Women’s International League for Peace and Freedom, o WILPF. Jane Addams afirmaba: “Creo que la paz no implica únicamente la ausencia de guerra sino también el cuidado de la vida humana, y a su debido tiempo, este cuidado acabará con la guerra como parte de un proceso natural”
En 1929 fue nombrada presidenta honoraria de la Women’s International League for Peace and Freedom y dos años más tarde vio toda su vida recompensada al ser la primera mujer americana en ganar el Premio Nobel de la Paz.
Jane Addams fue una mujer extraordinaria que ofreció su vida para mejorar las del resto, que gracias a su esfuerzo y la confluencia con otras mujeres pudo ver muchas de sus metas alcanzadas y muchas de sus ideas cumplidas. Su aportación en el campo de la política internacional, a través de WILPF, es innegable. Fue una mujer con carácter fuerte y posturas que sin duda fueron revolucionarias y con gran incidencia. La defensa del bien común que orientó su vida se refleja en la siguiente frase: “El bien que conseguimos para nosotros mismos es precario e inseguro hasta que no lo es para todos y es incorporado en nuestra vida en común”.